Quizás sea mejor no llevarles la contraria. El sargento y el cabo nos hicieron la señal, eso significaba que corriéramos ante el claro para resguardo.
Las bombas resonaban, los aviones en el cielo teñían el día de sangre y dolor. Agazapados estábamos entre los pastizales, la tierra y el camuflaje no eran suficientes, a pesar de todo el terror que corría por nuestro cuerpo, lo hicimos acatando la orden.
Llegamos al sitio indicado, aguardamos en una cueva, al cabo de tres días se agitaban banderas blancas allá afuera. La guerra había llegado a su fin.
Ivana Sans.
Foto extraída de devian art. com Pinterest.
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