POEMA : ¡SUBÍ Y TÍRATE!
En la calle escuché durante las noches
tus poemas sobre los suburbios,
en cada esquina, cual barullos;
hasta en esa extraña plaza de Once.
Aquel día al gran tobogán me subí,
sin antifaces te miré desde allí
porque sé que ya no puedo apretarte esos lentes,
pero a veces extraño pensar en vos fuertemente.
Sé que eres poeta, lector, cantante
y vendedor de bebidas exultantes,
ex mozo casi jornalero
y un excelente cocinero,
ex vocero, feriante,
vendedor ambulante,
por esto, al querer abrazarte, te buscaba
intensamente en cada artística plaza.
En aquel barro, chapoteamos,
anticuerpos revolucionamos;
en esas veredas nos revolcamos,
pues en los pavimentos nos marcamos.
Escribí poemas desde tu casa
hacia aquella nostalgiosa plaza
cada tarde, y me removió mi cuerpa como cuando te tipeaba
en mi alcoba,
pero no me resolvió mis problemas como cuando me agitabas
con tus lonas.
Me arrimaba a tus mil hojas,
que los blancos juegos encendían
luego de habernos devorado
y airado con nuestras tibias bocas,
que ardían, danzaban y hervían
por allí habernos encontrado.
¿¡Desde cuándo la sangre llega
a estrellas que nos ojean!?,
si en nuestras dos estelas aún se nota cada raspón
de aquellas caídas del empinado escalador…
Vuelves a rutas sin asfalto
y plazas sin tantos asaltos,
por allí, en aquel lugar donde todo se deconstruye;
por allí, en aquel Río Granada, donde todo fluye;
pues te criaste en ese arrabal
como pícaro, cerril y rapaz,
sin los corrientes amarres de ultra-urgencia,
por esto tú le gritaste, con consciencia,
a mi piel amante:
* Editado en noviembre del 2021 gracias a Cata Amaire (editora, escritora, correctora, poeta).
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